Llevados por su capitana navegan en un mundo de olas para enriquecer el vocabulario, promover la indagación del medio ambiente con actividades reflexivas donde los niños son participes de su proceso de aprendizaje. Se fortalece la pinza manual con actividades artísticas y manualidades. Iniciamos juegos grupales que requieren periodos de atención cada vez más prolongados.
Los marineros retan la curiosidad, despiertan la capacidad de asombro a través de experiencias que movilizan el pensamiento y privilegian los espacios socializadores, como ambientes de convivencia en la construcción de relaciones sanas, a partir del juego y las interacciones que promueven los valores como un estilo de vida, para ser feliz y desarrollar todo su potencial.